Editorial Blackiebooks
4ª edición
264p.
La literatura es un montón de cosas, pero en este caso es un juguete para ser feliz, para rearmar el mundo, livianito, e imaginar que las cosas de un color, con un pequeño giro, pueden ser del color contrario también. Como un Rubik lleno de cubos adicionales y vuelcos posibles. No hay tema común en estos sesenta relatos breves, pero sí una mirada y un dibujo del mundo a través de las voces chistosas y desenfrenadas de una multitud de personajes que dentro de sus neurosis (cotidianas y normalizadas) son capaces, todavía, de encontrar la belleza y el humor.
Sesenta relatos permiten muchas variaciones de estilo y forma también. Muchos de los textos que son como retratos hablados tienen un estilo contundente y rápido de guion o telegrama. Pero hay que estar atento para identificar el momento en que las cosas se desequilibran y empiezan a correr en la dirección contraria. Hay otros que se asemejan a una confusión (la de las personas y lo que nombran) sin puntuación, de ideas que se entrelazan en una aglomeración de frases que se presentan como una sola. Hay textos de una sola frase y otros de varias páginas. Hay unos escritos en entradas como de diario o blog. Hay monólogos y diálogos, hechos de actualidad y sentido del absurdo, que es el más común de los sentidos para estos personajes. Y muchos más. Algunos de mis favoritos son, «Supersol»: relata la fascinación de un niño que aprende a ver el mundo otra vez cuando estrena gafas, y esa emoción tan bien descrita es tan intensa que el niño deja de soñar, quizá porque nada puede superar esa realidad o quizá porque siempre ha estado soñando; «La piscina»: una carta de amor de un personaje que parece y se siente suspendido en el tiempo y debajo del agua, y dentro de esa emoción; «Saber estar»: es una historia de un personaje macabro y solapado de los que tanto hay, uno de esos que asciende pisando a los demás; «Usted creerá que un hombre puede volar»: un texto acerca de vivir dentro del capitalismo como un producto más, sin humanidad; «1999»: un relato hermoso acerca de un amigo que murió, pero que nunca se deja de ver; «Treinta y dos escritos con el portero de tu edificio»: a través de treinta y dos registros el tiempo pasa y es marcado por diferentes escenas vividas entre una niña (que se hace adulta) y el portero de su edificio (que se hace mayor).
Yo no recuerdo haber leído un libro así. Tiene mucho de juguete y caricatura, es un texto gordo y leve que dice cosas profundas con liviandad. Es un libro para leer sin tiempo y sin sucesión, con alegría de niño interior.
¿o qué pensas vos?