La muerte de la acacia (Oriane, tía Oriane), Marvel Moreno

Libro: Cuentos completos

Editorial: Alfaguara

Tercera reimpresión febrero 2020

La muerte de la acacia fue originalmente publicado en Algo tan feo en la vida de una señora bien (Pluma, 1980).

Este cuento habla de la muerte de las viejas tradiciones patriarcales. Dentro de esas tradiciones está la violencia machista y una denuncia contra una sociedad elitista y solapada. Dentro de ese tema se ubica el símbolo: para que una segunda acacia florezca la primera acacia tiene que morir. Las acacias frondosas y su sombra representan a la sociedad que cobijan.

Para desarrollar este tema se utiliza una estructura similar a la de Una rosa para Emily de William Faulkner. No solo por el narrador plural que a veces se confunde con una tercera persona, sino sobre todo por la creación de un perfil de figura mítica alrededor de la figura de doña Genoveva. El narrador plural que habla con asombro de una figura poderosa y muerta genera el efecto de estar hablando de un personaje sobrenatural. Doña Genoveva, heredera de una tradición de resistencia femenina, es la figura sobre la que se denuncian y se derrumban esas tradiciones machistas, elitistas, solapadas y ultraconservadoras. La figura machista y patriarcal por excelencia la encarna don Federico, un hombre ultraconservador, misógino y violento que somete a doña Genoveva a un encierro largo y a una vida monacal que ella no eligió. El elitismo y la sociedad solapada la encarna el narrador plural. Un narrador que con su relato juzga a doña Genoveva por no comportarse como se espera de una mujer sometida a un patriarca y a las labores del hogar. Narrador que además clasifica jerárquicamente los barrios y las personas que los habitan, como si la vida de los más ricos importara y valiese más. Esa es la sociedad solapada que denuncia el cuento, al elegir ese narrador y su forma de hablar.

Doña Genoveva es una mujer que en principio encarna un figura tradicional de sometimiento. Pero después representa también la figura de la rebelión silenciosa sobre ese viejo patriarca y esa sociedad. Al patriarca parece asesinarlo y enterrarlo bajo a una acacia que dura treinta años hasta que es fulminada por un rayo. A la sociedad la domina con poder económico y político creándoles una cortina de humo que le permite escapar de sus juicios de culpabilidad. El primer árbol sembrado sobre el cadáver de don Federico es el inicio de la muerte de esa tradición. El segundo árbol, un injerto que florece morado y amarillo y frondoso es la consolidación de ese cambio.

El cuento me parece extraordinario. Efectivo y significativo. También muy hondo y sutil, como la mayoría de los que he leído hasta ahora en esta colección de cuentos. En un análisis sobre este cuento realizado por Mercedes Ortega y Julio Penenrey, titulado «Castigo y liberación en “La muerte de la acacia” de Marvel Moreno», leí que la operación (a la que en su misoginia don Federico somete a doña Genoveva) es una posible extirpación de sus órganos sexuales (cuando leí el cuento inferí que era una deformación corporal pero no entendí eso). Esa extirpación da mucho más sentido y efecto sobre la venganza de doña Genoveva, le da muchísima potencial al relato, justifica la defensa que la sociedad hipócrita le hace a Genoveva y justifica su venganza. También ejemplifica mucho más la violencia misógina que denuncia y la resistencia del personaje sobrenatural que siembra una acacia bellísima y frondosa sobre ese cadáver.


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