La mirada y el abismo (Libro: Los amigos míos se viven muriendo, de Luis Miguel Rivas)

Los amigos míos se viven muriendo (y otros relatos)

Luis Miguel Rivas

Fondo Editorial Universidad Eafit, 2015 (cuarta reimpresión)

86 páginas

Hay una frontera en permanente formación que intenta separar a la realidad de la ficción y a esta del abismo. Aunque del abismo, como de la ficción y la realidad, no se escapa nadie. Rivas enfrenta ese abismo que es cada uno por dentro desde lejos, desde la mirada. Sin embargo la mirada que se repite en estos cuentos es diferente porque no tiene un sitio, porque no tiene un reflejo; porque mira el absurdo desde adentro, pero sin lanzarse.

Lo más sorprendente de los ocho cuentos de este libro es el estilo, la forma de narrar el absurdo en lo más cotidiano, hasta naturalizarlo. «En la vez que todos fuimos Jairo», por ejemplo, cuatro compañeros adolescentes se confunden tanto en las ganas de ser hombres grandes que terminan siendo alguien que no conocen. Ser un hombre grande en una sociedad machista y violenta como la paisa significa dos cosas: sexo y dinero. Para convertir cuatro adolescentes que no se conocen en un hijueputa, como lo define la trigueña con la que todos tienen sexo aprovechándose de que está borracha, se necesita tener ganas de ser «un hombre mayor, un tipo de esos que va pa´ donde va sin que nadie pueda hacer nada» (15). A ese hombre lo conocemos todos, en esta región lo llamamos un verraco y lo escribimos con b —aunque yo lo escriba con v— para aplaudirlo sin vergüenza. La forma en que cuatro jóvenes se convierten en un hijueputa que no conocen por gracia del instinto animal es un ejemplo del absurdo de lo cotidiano, siempre iluminado por la mirada de los cuatro compañeros que se reflejan constantemente en ellos mismos, aunque sin buscarlo.

«Huid de la primera mirada», el segundo cuento, narra con un estilo anacrónico la historia de alguien obsesionado con los libros. Alguien que se olvida de sí mismo por ir a buscarse en una mujer que primero lo convence de convertirse en otro, y después lo olvida. El personaje, ahora solo, termina buscándose en público, como un loco, pero nunca logra encontrarse en el presente porque se quedó en un pasado al que ya no puede regresar. El detonante de este cuento es otra vez la mirada. También lo es del tercero «Los amigos míos se viven muriendo», un cuento donde el protagonista empieza preocupado de que lo robe «un tipo que me está siguiendo delante de mí» (29). Es la historia de una persona que se va quedando cada vez más, cada vez peor, sin gente con quien hablar, y cuando por fin cree encontrar a alguien ese alguien quiere más que él, y la conversación se rompe. La mayoría de los cuentos de este libro tienen como tema una persona que no encuentra su reflejo y por eso no se encuentra, una persona sin sitio que termina pasando alguna frontera imaginaria sin darse cuenta; una barrera con la que se estrella al superarla, al intentar encontrarse en alguien.

El cuarto cuento «Todo me suena a tu voz»  y el séptimo «Con la Monalisa es distinto» refieren ese arrobamiento con el reflejo de forma explícita. En el primero una persona encuentra por error alguien con quien hablar y se enamora de esa voz que no ha visto, y se la inventa; sin embargo, cuando encuentra la imagen de la voz quiere huir porque no hay correspondencia. En el segundo la mirada melancólica de un libro persigue al protagonista, que tiene la misma forma de mirar, y la única forma de salvarse por un rato es dándole otra pareja a la mirada. Al final lo que se lee en cada una de estas historias tan diferentes es que no hay nada más perjudicial e inevitable que el propio reflejo en otro.

La vida es un lugar ambiguo, contradictorio, complejo, es un sitio que no se pone de acuerdo consigo mismo y en el que uno nunca está del todo cómodo. En eso me identifico con los relatos del autor. En eso tal vez nos identificamos todos, como un montón de extraños obligados a vivir juntos desde hace rato.


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Comments

Una respuesta a “La mirada y el abismo (Libro: Los amigos míos se viven muriendo, de Luis Miguel Rivas)”

  1. Avatar de Alejandra
    Alejandra

    Ame esta reseña del libro…lo amo es de mis favoritos pero hace meses mi madre me lo quemo y leer esto hijueputa me vinieron algunos pedazos a la mente ¡gracias!

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