Este fin de semana me la pasé viendo películas. Me vi Serpico, Moon, Cidade de Deus, One flew over the cuckoo’s nest, Vanilla sky y otro montón más. Todas me gustaron mucho pero al final me llené de melancolía, y no pude dormir bien. Las películas, las ficciones, sin importar qué tan terribles y trágicas sean tienen una cohesión que le falta a la vida real y que las llena de significado. Se puede pensar en la forma de sus frases, en cada escena, en cada personaje, siempre alrededor de un centro que explica al resto, aún cuando uno no entienda nada hay un centro que justifica al resto.
La vida real no tiene centro, a menos que uno se lo imprima a la fuerza. A menos que uno se diga una palabra como dios o amor y meta ahí dentro todas las cosas. Pero nuestra vida, insignificante, esta hecha de tiempo, y el tiempo esta lleno de vacío, de espacios muertos, y ese contraste entre las películas y la realidad me produce una sensación de incoherencia, o de melancolía.
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