Daniela, Roberto Bolaño

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Daniela, la protagonista de este cuento, nos habla de movilidad social. Pero más que eso nos habla de la violencia solapada pero sangrienta de la presión que ejerce esa movilidad. Daniela nació en 1915, en Buenos Aires, pero se autodenomina ciudadana del universo porque, por ser de clase media, se siente de una clase cómoda que sin embargo no tiene una propiedad que le haga sentir hondas raíces de pertenencia. Daniela llama espejismo vertiginoso a esa sensación de condena que es para ella la posibilidad latente de descender o ascender socialmente (la movilidad). Para hablar de esto, de una forma que pueda sonar más interesante para la gente, Daniela anuncia que a los trece años perdió la virginidad, con un peón de estancia, en una estancia que no pertenecía a su familia. El peón tenía doce o treinta y dos años más que ella. Pensó en denunciarlo pero no lo hizo porque quería repetir la experiencia y porque, como la estancia donde sucedió no era propia, si lo denunciaba, la justicia que se iba a ejercer contra él no iba a quedar en lo que ella llama el ámbito de la sangre. Luego, dice, su padre, al que le tocó conformarse con hijas mujeres y ningún varón, nunca pudo conseguir una estancia propia y sus dos hermanas mayores se casaron con un abogado mediocre y con el hijo de un estanciero que en muy poco tiempo dilapidó su fortuna en el juego. ¿Para qué nos cuenta esto? Para afirmar que, en resumen, nunca dejaron de ser de clase media. Luego vuelve a la reflexión sobre la movilidad, a la primera vez que la experimentó: esa noche que perdió la virginidad con el peón, al ser enviada a Buenos Aires, por una fiebre que hizo que el padre la pusiera en manos de un médico. Y no dice nada más.

Si se lee con ingenuidad no hay violencia ahí, apenas algunas decepciones familiares y económicas. Si se lee con atención sabemos que la vida de cada una de las personas integrantes de esa familia está atravesada por esa violencia de clase social que hace que el padre se sienta decepcionado por tener hijas mujeres y ningún varón, que a las hermanas se les resuma su vida con decepción por haberse casado con personas sin un gran éxito económico y social, y, sobre todo, que Daniela haya conocido lo que es la presión de intentar pertenecer a una clase social y no a la otra, que hace que su padre la lleve a un médico a los trece años, seguramente a que le practiquen un aborto, y que no se vuelva a hablar del tema.


* Roberto Bolaño, Cuentos Completos (2018, Cuentos Póstumos: El secreto del mal, 1998-2003). Editorial Alfaguara. 647 páginas


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