Movimientos involuntarios, Yulieth Mora Garzón

Editorial Milserifas

Primera edición, marzo 2020

112 p.

«Soy la hija de un marciano o de un hombre anormal o de un animal del espacio. ¿Mi padre es un marciano? Siempre pregunté. ¿Mi padre es un hombre? ¿Dónde está mi padre? ¿De qué planeta es? / “¿Para qué preguntas?” Me respondieron voces. Para ir a buscarlo, saber qué come. ¿Por qué olvidaría un marciano a su hija en esta tierra falsa?».

Esta ficción autobiográfica es también un conjunto de poemas y de microcuentos y de algo hermoso que no se clasifica fácilmente dentro de un género. Es una construcción estética acerca de crecer ante la ausencia de un padre que la narradora inventa. Pero también acerca de crecer frente a la discriminación y la escasez.

Es un libro doloroso y depurado. Hilado en fragmentos a la vez anecdóticos y estéticos que se unen entre silencios para señalar un vida nueva que crece en un lugar difícil. Es un libro potente en significado desde los epígrafes: «El agua se aprende por la sed; la tierra, por los océanos atravesados; el éxtasis, por la agonía…» de Emily Dickinson; «Un libro es una secuencia de espacios» de Ulises Carrión. Hasta el cierre: «Si mi padre pudiera entender, este libro tendría sentido».

Personalmente, creo que la literatura sirve para lo que logra este libro y que casi nunca se consigue en un lector: evocar algo doloroso, comunicarlo, querer darle un sentido, esperar que regrese el eco. Yo, que siempre he tenido el privilegio de tener un buen padre y una buena madre, sentí este dolor como si fuera propio.

Este libro es simple con lo difícil y lo complejo. Es profundo con lo simple. Sus palabras, sus sonidos y sus evocaciones están llenas de belleza y significado. Sus imágenes se hacen presentes y se quedan a vivir en uno, dolorosamente:

«Intentaba dormir, pero mis extremidades se movían bruscamente a medianoche. El médico dijo que eran movimientos involuntarios; un efecto secundario de la dosis sobre mi sistema nervioso. Supongo que la vida de mi padre es una secuencia de movimientos involuntarios y sobre mí recaen los efectos secundarios».