El hijo ajeno, Yael Weiss

Publicado en el número 228 de la revista El malpensante, de abril 2021.

Frente a un niño menor de dos años crece una relación destructiva entre el padre del hijo y su nueva novia. La pareja no cree en las ideologías de cajón (salir adelante, autocuidado, echarle ganas), de alguna forma la pareja no cree en el futuro, o en el progreso, y tal vez por eso se autodestruyen con alcohol mientras dejan las huellas de sus actos en su entorno y en sus círculos. Lo único sagrado en esa relación es Sabino, el hijo de Pablo, que los admira a los dos. Pablo lo defiende y la narradora no sobrepasa el límite que hay ahí.   

El cuento sigue cronológicamente el recuerdo de la narradora sobre esa relación que duró desde los seis meses de Sabino hasta un poco más de sus dos años. Para la estructura del cuento, el niño es como el objeto mágico de los cuentos fantásticos, la trama sucede alrededor de él y no con él, aunque él sea aparentemente el centro de esa narración. La narración es detallada y llena de acciones, tiene la estructura de un cuento tradicional. El tono de la narradora va entre lo descreído y lo indiferente: o sea que no se detiene a profundizar en los eventos, sino que narra hechos que podrían ser explosivos como cosas que pasan, y nada más, a la siguiente. El cierre de la historia es claro y va con el cierre de la relación.

La segunda historia (…un cuento siempre cuenta dos historias…) no es fácil de ver. Para mí está relacionada con la responsabilidad, Sabino es el espectador de un mundo que se derrumba ante sus ojos como si eso fuera lo que está bien. La responsabilidad de educar a ese niño se limita a no maltratarlo, pero no a estar realmente atento a lo que él necesita. El niño ajeno, para mí, es la responsabilidad ajena. Ese hijo de otra persona con el que la pareja está encariñada pero del cuál no se encarga como debería es la materialización de ese descreimiento en el futuro o en el progreso o en el salir adelante, esa negación a esperar que las cosas mejoren, que salgan bien.

Comparto el escepticismo acerca del futuro, pero no el desentendimiento de la responsabilidad.


Descubre más desde Felipe Carrillo Alvear

Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.

Comments

¿o qué pensas vos?