Libro: Obras completas I
Editorial: Emecé
Tercera reimpresión en Colombia, 2008
Este cuento hace parte de un libro publicado inicialmente en 1944, llamado Ficciones. Se subdivide en dos partes: El jardín de senderos que se bifurcan (1941) y Artificios (1944). La secta del Fénix es el octavo cuento de la segunda parte.
Este texto habla sobre lo sagrado y lo vulgar. Tiene forma y título de adivinanza, y remata en un chiste (al menos para mí) difícil de entender. Antes de leer en otro lugar su interpretación este texto me pareció una paradoja: la descripción de una orden especial que no tiene nada de especial porque todos hacen parte de ella, y que lo único que la vincula como una orden es un rito y un secreto que, afirma el narrador al final, ya ni siquiera es necesario pues es instintivo.
La estrategia narrativa recurre a las referencias eruditas y a las formas del ensayo descriptivo para referir algo muy específico a través de evasivas. Todo ese ejercicio lúdico de nombrar lo innombrable y describir lo indescriptible me gustó mucho, aunque no lo entendiera.
Hay una falla en esa adivinanza, y en ese chiste, y en ese ensayo, pues la masturbación no es necesariamente un rito enseñado, a veces es solo una reacción, como rascarse después de una picadura o respirar hondo cuando uno siente mucha presión. Si yo hubiese entendido el chiste, sin embargo, seguro me hubiese asombrado y me hubiese reído mucho, pero en cambio intenté interpretarlo como un cuento y un ensayo descriptivo donde se hablaba de la contradicción entre algo que parece especial y no lo es. Ese efecto final, descrito en el último párrafo del cuento, sí se logra al final.
Este es un chiste de Borges, y no es para mí sino contra mí como lector. Igual, ahora que me lo explican me parece chistoso, y lo aplaudo porque también me parece genial.
¿o qué pensas vos?