La forma de la espada (Ficciones), Jorge Luis Borges

Libro: Obras completas I

Editorial: Emecé

Tercera reimpresión en Colombia, 2008

Este cuento hace parte de un libro publicado inicialmente en 1944, llamado Ficciones. Se subdivide en dos partes: El jardín de senderos que se bifurcan (1941) y Artificios (1944). La forma de la espada es el segundo cuento de la segunda parte. Este cuento está fechado al final con el año 1942.

A mí este cuento me habla de tres temas que se sintetizan: 1. La oposición entre acción y teoría 2. La posibilidad de cada hombre de ser todos los hombres 3. La cobardía.

La primera oposición se encuentra en Vincent Moon (intelectual y cobarde, hábil para escapar de la acción en laberintos que son categorías teóricas, museos y bibliotecas) frente al irlandés que se encarga de la acción (del combate físico por lo que él considera como un ideal). En esa comparación siempre pierde Vincent Moon, cobarde y traidor. En esa comparación hay alusiones al Borges autor, que ya en un poema escrito en inglés y fechado en 1934 (Two english poems) recuerda a sus ancestros como hombres de acción, mientras él mismo se señala como un hombre de libros y desleal.

La segunda posibilidad, de un hombre siendo todos los hombres la señala el narrador en un párrafo. En ese párrafo hay una alusión a la eternidad, al infinito que contiene todas las posibilidades dentro de una sola, en un efecto especular: «Lo que hace un hombre es como si lo hicieran todos los hombres. Por eso es no es injusto que una desobediencia en un jardín contamine a todo el género humano; por eso no es injusto que la crucifixión de un solo judío baste para salvarlo. Acaso Schopenhauer tiene razón: yo soy los otros, cualquier hombre es todos los hombres, Shakespeare es de algún modo el miserable John Vincent Moon».

El tercer tema, la cobardía, la encarna Vincent Moon durante todo el relato. Esa cobardía que personifica Moon fingiendo ser otro narrador se sugiere para todos lo hombres. Todos somos los otros. Somos Borges, y Vincent Moon y el irlandés que le hace la herida, somos también Shakespeare, Adán y Jesús. Ese es, para mí, el tema sintetizado de este relato.

La estrategia del cuento está basada en el efecto final.  El narrador principal es el irlandés, que finge ser otro hasta el final de la historia. El interlocutor, además de narrador inicial y final, se llama Borges. El irlandés, sin embargo, por su sugerencia de que un hombre es todos los hombres, por su preferencia (cobarde según el narrador) de los libros sobre la acción, y por el hecho de que el autor haya decidido nombrar al interlocutor con su mismo nombre me sugiere una estrategia metaliteraria en la que el autor se señala a sí mismo en sus personajes. Borges puede ser Vincent Moon, de la misma forma que Vincent Moon finge ser otro para Borges hasta el final del relato, de la misma forma que cada hombre es también el otro, como afirma dentro del cuento el narrador. Para mí esa es la estrategia fantástica de este cuento que encierra una historia dentro de otra hasta crear una sugerencia del infinito. Como en Las mil y una noches; y como en otros cuentos de Borges que exploran variaciones de la naturaleza metafísica del tiempo en la ficción (y la realidad).

En este cuento La forma de la espada es también la forma de la cicatriz. Esa cicatriz es la infamia, la cobardía del narrador (y de todos nosotros también).


Descubre más desde Felipe Carrillo Alvear

Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.

Comments

¿o qué pensas vos?