Luvina (El llano en llamas), Juan Rulfo

Libro: Juan Rulfo Obra Reunida

Editorial: Eterna Cadencia

Reimpresión, 2017

334 páginas

El llano en llamas fue publicado por primera vez en 1953. Este es el décimo cuento de ese libro.

El tema de Luvina es el abandono. Luvina es un pueblo desamparado de todo, del gobierno, de la gente en capacidad de estar activa, de los recursos, de los árboles, del clima, de la vida entera. Sus habitantes no están muertos, pero están al borde porque no pueden hacer nada que no sea esperar, esperar ninguna cosa, no esperan nada pero esperan. Luvina es el purgatorio porque sus habitantes están de paso a la muerte definitiva, mientras soportan ritualmente esa muerte temporal de la que no escapan porque no hay ningún lugar en el que puedan refugiarse. Sus ritos se parecen a los que rodean a la muerte, sus mujeres se apiñan con el rebozo colgado de la cabeza y sus figuras negras sobre el fondo de la noche, sus mujeres parecen plañideras, tienen cántaros de agua pero parece que van a un sepelio a llorar.

La estrategia es extraordinaria y se puede tomar desde dos puntas.

La primera punta es la de una historia que se narra desde la atmósfera geográfica y emocional de un lugar. Las caras de los personas en el cuento son borrosas, sus acciones (salvo una conversación constante) están aisladas en algún recuerdo y solo sirven para personificar el lugar. Dentro de ese lugar está el conflicto: el abandono y la extrema escasez, la fatalidad del narrador que es incapaz de transformar algo con ideas que solo van a morir allá, porque todo va a morir allá. Para intensificar ese lugar que se pone en la cima de una montaña, se contrasta con el abajo desde el que hablan los personajes. Abajo es otro lugar pobre, pero en comparación con Luvina es rico, tiene vida, tiene cerveza, tiene gente que hace ruido y juega y trabaja. Ese abajo es la puerta de Luvina, donde un profesor que regresa le cuenta a otro que apenas va, que Luvina es un pueblo sin esperanza de la esperanza. Donde solo se va a morir.

La otra punta es la narración: un narrador omnisciente que intercala descripciones intensamente estéticas (visuales, auditivas, olfativas…) con el diálogo entre dos profesores en los que solo escuchamos la voz de uno de ellos, del que regresa. La voz de este personaje describe ese purgatorio, y se parece al personaje de diferentes mitologías que regresa del infierno, y a la entrada de este, les cuenta a los que van de los horrores que padecerán.

Lo mágico, lo más efectivo y devastador de este cuento es que es real. Esos pueblos abandonados de la vida, poblados de fantasmas en situación de extrema pobreza, están en todas partes, tal vez más en Latinoamérica; han sido mitificados en otras obras de la literatura universal, como en Cien años de soledad. Lo universal de este conflicto es lo cercano que todavía (y desde siempre, qué triste) está.


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