El hombre (El llano en llamas), Juan Rulfo

Libro: Juan Rulfo Obra Reunida

Editorial: Eterna Cadencia

Reimpresión, 2017

334 páginas

El llano en llamas fue publicado por primera vez en 1953. Este es el cuarto cuento de ese libro.

No entiendo qué le agrega la dificultad formal a este cuento, pero a la tercera lectura detenida creo que por fin lo entendí. El tema principal es la venganza, pero esa sensación está cargada de culpa y de un tono bíblico que se siente no solo en esa elección temática sino en alguna referencia a Dios y en el tono abstracto y sentencioso de un narrador que a veces parece estar hablando del pecado originario y repetitivo del hombre como especie y no como individuo. El relato tiene tres personajes principales, un perseguido (del que hablan como El hombre) un perseguidor y un borreguero. Luego hay diferentes personajes secundarios, un investigador y las familias del perseguido y el perseguidor. Lo que mueve de forma evidente al perseguidor y al perseguido es primero la venganza, luego la culpa, y después las dos mezcladas. El borreguero no ejecuta ninguna venganza, pero lo quieren judicializar por complicidad, y mientras él se justifica dice que debió matar al perseguido por haber hecho lo que hizo, pero que él no sabía, que él es inocente, que él no es culpable.

La dificultad formal está en los cambios de tiempos, los cambios de narrador y lo abstracto de la narración. El perseguido (El hombre) es narrado primero en tercera persona, en pasado, ese narrador cuenta cómo se ejecuta el asesinato de la familia del perseguidor, cuando lo único que quería era matar al perseguidor, que se salva. Ese narrador en tercera persona se intercala con el narrador en primera persona del perseguidor, que además se habla a sí mismo mientras realiza la persecución. Luego de que el perseguido ejecuta el crimen comienza a narrar también él en primera persona, en presente, y ya lo que dice señala más su culpa que su sed de venganza. Cada uno de estos cambios se realiza separado solo por párrafos, pero con pocas señas indicativas del cambio de voz. En las últimas páginas entra la voz del borreguero, que habla en primera persona y se defiende de la acusación que le hacen de complicidad, mientras cuenta cómo se encontró al perseguido, y cómo actúa, su relato nos muestra que el perseguidor sí cumplió su propósito de matar al perseguido con uno o varios tiros en la nuca.

Es un texto difícil, y lo único que siento que depronto se logra con ese recurso estructural es una sensación de espiral en la que el hombre como especie está motivado siempre por la venganza, que es también su perdición, su condena; me queda la sensación entonces de que todos los hombres vienen del mismo origen, y repiten los mismos actos equivocados sin fin.


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