Comentario: Nos han dado la tierra (El llano en llamas), Juan Rulfo

Libro: Juan Rulfo Obra Reunida

Editorial: Eterna Cadencia

Reimpresión, 2017

334 páginas

El llano en llamas fue publicado por primera vez en 1953. Este es el primer cuento de ese libro.

Ahora creo que, en el estilo de un escritor,  se le llama precisión a la capacidad de acertar con la menor cantidad de ruido (y no me refiero al sonido). Es muy difícil decir qué es lo estrictamente necesario en una frase que pretende ser literaria, o sea una frase que pretende servir para comunicar una experiencia estética y significativa. Yo leo las frases de Rulfo y siento que en cada una de ellas (simples, cotidianas, con un lenguaje cercano) está todo el cuento. En el primer párrafo, de veintinueve palabras, por ejemplo: «Después de tantas horas de caminar sin encontrar  ni una sombra de árbol, ni una semilla de árbol, ni una raíz de nada, se oye el ladrar de los perros» ya está todo. En después de tantas horas de caminar ya está el cansancio, ya está la sensación de un personaje fatigado de querer llegar a algún sitio que no alcanza. En  sin encontrar ni ya está el desasosiego y la desesperanza. En ni una sombra de árbol, ni una semilla de árbol, ni una raíz de nada ya está la fotografía completa de un territorio árido y muerto. En se oye el ladrar de los perros está sin embargo la esperanza, la vida del otro lado, aunque sea un engaño. Pero hay muchísimo más en esas veintinueve palabras, está la repetición de la palabra árbol, la enumeración de la naturaleza inexistente, la sensación del sonido lejano, la impresión de gente cansada que camina solamente para no dejar de hacerlo. ¿De qué se trata este cuento? De unos personajes a los cuáles les han dado una tierra que no es tierra, una tierra tan seca y muerta que no existe, a los que les han dado algo y a la vez no les han dado nada, a los que les han dado algo que es peor que nada. Personajes que no tienen una solución diferente que ir por eso, aunque no haya un a dónde, porque en el fondo, esos personajes saben que no tienen nada, que les han quitado todo, y que si caminan es porque es la única forma que tienen de no morirse inmediatamente. Caminan para no dejar de hacerlo.  Eso para mí, en el estilo de un escritor, es ser preciso, y aunque intente explicarlo no sé cómo se hace ni sé en realidad cómo se explica, es como una cajita de juguete que cabe en una mano, pero si uno mete la mano en la cajita no va a encontrar nunca, por más que se meta entero, el fondo.

Esas son solo las primeras veintinueve palabras. Pero desde el título hasta la última frase yo siento que cada palabra dicha por ese narrador es una cajita sin fondo. Habría que profundizar para siempre en una frase que dice «Alguien se asoma al cielo, estira los ojos hacia donde está colgado el sol y dice: — son como las cuatro de la tarde» para intentar explicar la realidad tan simple y material y contundente de una expresión tan descomunalmente poética…asomarse al cielo, estirar los ojos…si uno le presta atención a esas palabras e intenta darle sentido se da cuenta de que a la vez son reales y no existen…como una cajita de juguete sin fondo.

Luego está el sonido del «llanoenllamas» del «tantatamañatierraparanada» del «vientoqueviene delpueblo retachaenlabarrancadetodossusruidos». ¿Se entiende algo de lo que digo? Es que no sé cómo explicarlo.

El sonido, el lenguaje, el significado, la fotografía, la voz, el olor, todo lo que se me escapa, es una experiencia estética inacabable, como cuando el narrador dice «Y a mí se me ocurre que hemos caminado más de lo que llevamos andado» y uno sabe que eso no es posible y que es también totalmente cierto.

Este cuento no se puede explicar por el mecanismo, que es muy simple, y que en realidad no importa, habría que explicarlo por el conflicto auténtico (que para mí es una sensación de desarraigo) y la capacidad estética descomunal de quien lo narra, pero eso también es inexplicable.


Descubre más desde Felipe Carrillo Alvear

Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.

Comments

¿o qué pensas vos?