Libro: Edgar Allan Poe Cuentos (Traducción Julio Cortázar)
Editorial: Alianza S.A.
578 páginas
Cuarta reimpresión: 2002
Este cuento trata del orden establecido a partir de la razón. Un crimen es la ruptura de una norma, una investigación es el esfuerzo por explicar esa ruptura. Lo que interesa al autor de este cuento (porque está inclusive indicado en el epígrafe) es señalar la prevalencia del ejercicio correcto de la razón como herramienta para revelar hasta lo que creemos que no tiene explicación, y la ilustración de esto es el detective Auguste Dupin. Lo que no entendemos, el crimen, es entonces producto de un ejercicio insuficiente de la razón y está ejemplificado en este texto por el salvajismo, por el criminal, en este caso un orangután.
Lo chistoso para mí es que se ponga a la razón también, desde toda la primera parte explicativa del cuento, como un ejercicio de vanidad. La capacidad de análisis no es una herramienta solo para entender, según el narrador, sino que es sobre todo una habilidad que produce placer a quien la ejecuta. Y en ese caso es equivalente a la demostración de fuerza física que realiza un deportista. Cuando lo que hay debajo de esa demostración vanidosa de una habilidad es la muerte de otros, el ejercicio frío y vanidoso que realiza el detective es entonces también algo atroz. Y ese sensación de ridículo involuntario en la que está el detective es lo que me termina resultando chistoso y anacrónico.
Hay un acuerdo general en que este texto publicado por primera vez en la revista Graham’s Magazine en 1841 es el primer relato policiaco clásico. Para Borges, por ejemplo, ese relato inventa la ficción del hombre que describe un crimen por medios lógicos, a fuerza de razonamiento, y el hecho de que ese relato sea contado por un hombre menos inteligente. Para Piglia, ese relato inaugura lo lógica de esas ficciones policiacas que se basan en la inteligencia pura y la ley de la causalidad. Este tipo de relato va sufrir diferentes variaciones y desarrollos hasta lo que hoy clasificamos como ficciones de suspenso, de crímenes y literatura negra, entre otras, en las cuales lo que se mantiene todavía como común denominador es la ocurrencia de crímenes y el intento de señalarlos. Lo que casi no se sostiene ahora, desde este primer relato, es la confianza en la razón o en un orden establecido que debe ser restituido. La descripción o denuncia de la realidad social, la corrupción y la violencia emborronan ahora las categorías antes planas de crímenes y criminales.
¿o qué pensas vos?