Libro: Cuentos completos
Editorial Alfaguara
647 páginas
Primera impresión en Colombia: 2018
Este cuento sobre todo me parece entretenido y con un enfoque extraño. El tema es el mundillo literario. Ese enfoque de la literatura como profesión y sus jerarquías sociales me parecen extrañas, chistosas y ridículas, porque estoy convencido de que el ejercicio de la literatura está muy lejos, desde que uno elige la vocación, del éxito social. Luego hay textos y escritores que consiguen ese éxito, y con frecuencia la posición social y la vanidad los aleja del ejercicio de una literatura de calidad. Pero en el caso de este cuento el enfoque es otro: el mundillo de la literatura parece un mundo justo, es un mundo donde la calidad literaria y el reconocimiento social van de la mano, y donde la jerarquía que se establece en ese ejercicio es importante para los autores que desempeñan esa profesión. Bueno, para mí la literatura es otra cosa muy distinta, que choca con esa perspectiva. Ahora, lo entretenido del cuento es que más que un cuento parece una novela que tiene a un personaje fracasado como protagonista, y la novela desarrolla las aventuras de ese personaje.
Del tema se pasa así a la estrategia de la narración: el cuento se basa en la incertidumbre de un personaje por la calidad de su trabajo en contraste con su posición social en el mundo de esa profesión; la aventura está en cómo ese personaje fracasado descubre de a poco su posición cuando su ayuda se hace necesaria para algunos colegas que sí tienen alto reconocimiento por su labor. Esa sensación de ser útil para ese grupo de personas lo descubre cada vez más como alguien invisible en su trabajo. Los otros escritores solo lo determinan levemente por necesidad, pero no por su labor. Esas aventuras que tiene, al final, le confirman su posición como un escritor menor, y a su vez descubre también que los escritores menores son necesarios para los escritores reconocidos.
Es chistoso mirar el mundo de la literatura así. Pensar en la literatura como un oficio competitivo similar al de un deportista. Es cierto que ese mundo más o menos existe. Que hay escritores reconocidos y escritores sin reconocimiento, que hay autores muy talentosos y otros que no lo parecen tanto. Sin embargo en mi visión de la literatura eso no importa. La literatura (para mí) no es una competencia para demostrar un talento y si se hace muy bien conseguir la gloria y la trascendencia en la memoria de la humanidad (como a veces me parece entenderle a Bolaño en sus textos y entrevistas). La literatura para mí es el esfuerzo por transmitirle a otro una experiencia significativa a través de las herramientas que la literatura dispone (textos, imágenes, sonidos…). En ese esfuerzo no importa ser mejor que nadie, importa hacerlo bien (que funcione) algunas veces, importa ser capaz de desahogarse, ser capaz de cumplirse la necesidad que lo lleva a uno a hacer eso. Luego si lo que un autor hace o deja de hacer es reconocido, qué importa. El mundo social es una bobada.
¿o qué pensas vos?