Comentario: Sensini (Llamadas telefónicas), Roberto Bolaño.

Libro: Cuentos completos

Editorial Alfaguara

647 páginas

Primera impresión en Colombia: 2018

Desde lo emotivo este texto me parece difícil. O tal vez no difícil, me parece triste, y me cuesta, mientras avanzo, aguantar esa tristeza y seguir leyendo. Es una tristeza superficial, supongo, comparada con otras. No es un evento escandaloso por su injusticia o desgarrador por lo doloroso, es una tristeza pandita que sin embargo me llega muy hondo. Este cuento, para mí, habla del oficio del escritor, del mundo de la literatura y del fracaso. El relato se basa en la correspondencia entre dos escritores, uno de menos de treinta y otro de más de sesenta. Los dos participan en un concurso municipal en España, el de más de sesenta obtiene el segundo puesto, el de menos de treinta obtiene el tercero. Entonces el tercero busca la dirección del segundo, por la sorpresa de encontrar un escritor reconocido de Argentina participando en un concurso menor. Manda una carta y sorpresivamente obtiene una respuesta larga en la que el escritor veterano le aconseja al joven perseverar en los concursos. La correspondencia se multiplica y tiene la perseverancia en los concursos como eje. El escritor veterano obtiene algunos premios adicionales en los concursos, pero sobre todo, habla de su vida, una vida más bien pobre y más bien triste, en la que vive en una casa pequeña de Madrid con su esposa y su hija, y en busca siempre de su hijo, llamado Gregorio (en honor a Kafka). Lo que le llama la atención permanentemente al narrador es eso, la descripción de esa vida, tan triste y ridícula, de la que él también hace parte. Lo que me llama la atención a mí, que me gusta escribir, y que no puedo evitarlo, aunque lo haga mal, es también lo ridículo y lo triste de ese mundo. Gastarse la vida, hacérsela más infeliz, por una ilusión extraña por lo poco práctica, como es la literatura. Este cuento me recuerda el fracaso, el fracaso que soy, el fracaso que seré, el fracaso que somos. Y lejos de decir esto para generar lástima lo digo simplemente porque lo creo así, y no me siento idealistamente orgulloso, y no lo entiendo, y siendo sincero tampoco sé si entiendo este cuento. Pero sé que me duele, por algo que no soy capaz de nombrar.

Algo particular de los cuentos de Bolaño es que tienen etapas de intensidad muy altas y luego etapas de distensión muy largas. En eso se aleja de mi noción de cuento, de la que creo que también hablaba Cortázar; y se acerca más a la novela. Aunque esto es un cuento y no otra cosa, es un cuento directo, con un conflicto claro, con un narrador en primera persona que desarrolla una historia cronológica y sucesiva, un cuento en apariencia sencillo, que sin embargo me llama la atención por ese desparpajo de la voz, que se suelta, cuando yo estoy acostumbrado a que en este género la intensidad apriete. Y aun así, al final, recibo el golpe, como si hubiese sido intenso también en la distensión de la historia. 


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