Editorial Angosta, enero de 2019, segunda edición.
195 páginas.
Tres mujeres que descienden directamente la una de la otra pero no se quieren parecer se heredan sucesivamente, y sin casi quererlo, un jardín. Ese jardín de flores púrpuras y tallos espinosos es una representación de sus vidas. Las espinas, pero también las flores, son la locura que las persigue y las llena. La bisabuela afirmaba que la perseguía un duende, a la abuela la hostigó con saña la muerte de sus familiares directos (esposos e hijos), la mamá se dedicó al enamoramiento como si fuera una adicción excluyente de todo lo demás.
El cuento está narrado en un tono tranquilo y directo. Las imágenes y las escenas son muy efectivas para desarrollar una historia sencilla que mientras avanza va tomando peso significativo, y sirven para descubrir, al final de un cuento breve, que lo más revelador de tres vidas enteras, en tres generaciones distintas, se puede resumir en una imagen de flores púrpuras que crecen contra todo y que se extienden en uno mismo como lector.
Me pareció un buen cuento. Bonito. Efectivo. Enternecedor. Significativo. Emparentado con García Márquez en el estilo, por el desarrollo extraordinario de sucesos cotidianos y por las imágenes potentes y reveladoras que le dan peso al cuento y cargan de estética a la historia.
¿o qué pensas vos?