Gustavo Forero Quintero (Compilador y editor académico)
Planeta, 2012
297 páginas
Introducción: con base en la evolución desde la literatura de detectives hasta la de crímenes se realiza la introducción a esta colección de ensayos que exponen una mirada sobre este género en la actualidad, sus motivos, sus por qué y para qué.
En la evolución del género, que pasa por la novela de detectives, negra, policiaca, whodonit, enigma, suspenso, hard boiled, neopolicial y novela de crímenes se pasa del intento de diseccionar el cómo sucedió un delito para restaurar la ratio dominante a intentar relacionar los motivos, el por qué de los crímenes, y esto último destapa una realidad social profunda y compleja que ubica a cualquier persona, dependiendo de las circunstancias, en la posición del que rompe las reglas (que están o no escritas).
Una de las características principales del género en este contexto es «la función desacralizadora de la novela detectivesca respecto de la ratio dominante» (9), como evidenciaba Siegfried Kracauer. La novela de crímenes es relevante para la sociedad porque funciona como un espejo. Esto es, la sociedad se puede ver desde el crimen porque es en él donde se muestra las grietas del sistema y se reducen las relaciones sociales a relaciones de interés.
Este género logra entonces juzgar el modelo establecido por la racionalización de la civilización occidental.
A partir de varios ensayos este libro indaga por el sentido del crimen. (Aquí resumo algunos, la mayoría, de ellos).
El libro está separado en tres apartados: I. La voz de los creadores II. La crítica literaria: Una mirada desde Estados Unidos y España. III. En torno a la literatura latinoamericana.
I. La voz de los creadores
La vida como novela negra, Sergio Álvarez: este ensayo se resume en su última frase: «la novela negra es para mí la redención de la vida en un mundo atroz» (36). Álvarez parte de la niñez y la inocencia, la felicidad ingenua dentro de un sistema caótico de traiciones a las normas y a los demás. Es así que de forma gradual van aumentando, a medida que se tienen consciencia de ellos, los actos contravencionales. Primero es una mujer que es infiel, luego alguien que delata con el marido a esa mujer, luego un marido que golpea a esa mujer casi hasta matarla, después la huida del amante para que no lo maten, junto al escándalo y el chisme, y peor aún, la repetición de los mismos actos: una esposa que no se va, un marido que no deja de pegarle, unos vecinos que lo van aceptando todo como si fuera la vida normal. Y por dentro del niño que aprende a ver el mundo a través del barrio la tristeza: algo está mal en el mundo.
Ese choque de la vida soñada e imaginada contra los crímenes sociales (expresos o no) resulta en esa sensación de la novela de crímenes. Cuando en ese mundo soñado las cosas no funcionan como deberían parecer, la realidad cambia. Y a veces eso puede derivar en la soledad, en sentirse un extraño en el mundo. Pero precisamente para eso, afirma Álvarez, sirve la novela negra.
Los relatos que cuentan estas novelas no solo se refieren a los crímenes, sino que a veces logran generar empatía con los criminales. Cuando la realidad se ve de cerca podemos entender que, aunque esté muy mal y aunque la realidad debería ser otra, la mujer que se aguanta los golpes y no se va, el hombre que le pega a la mujer o lo habitantes de una sociedad que se acostumbra también podemos ser nosotros. La realidad es difícil y compleja.
No se trata ahora de justificar el crimen, sino de ver desde adentro y no desde arriba el mundo que nos correspondió, hecho de humanos como nosotros, capaces de matar y daños peores contra los demás (los hay peores). La novela de crímenes sirve para, en la medida en que lo sentimos cercano y lo vemos real, encontrarle un sentido al sinsentido. Porque en los fragmentos de todas nuestras ilusiones rotas hay también un orden frágil e inestable que a veces entendemos y que nos permite habitar el mundo, y no solo sufrirlo.
Lo que yo entiendo, al final de este ensayo de Álvarez, es que cuando la muerte y la violencia pierden su efecto de temor sagrado, se puede tolerar el mundo.
La banalidad de la crueldad, Mario Mendoza Zambrano: la estructura de este ensayo tiene parte de una imagen del mal que cada vez se hace más grande. Primero es una foto de algunos judíos que van a ser asesinados en los campos de concentración. En el campo hay otros judíos, pueden ser sus familiares o conocidos, ellos no se revelan. En otra foto del mismo momento se puede ver un perro que mueve la cola, este sí se revela, moviendo la cola, y eso lo convierte en el más humano de los presentes. La pregunta es ¿Por qué hay humanos capaces de soportar y ejercer este nivel de maldad sin inmutarse?
Al finalizar la segunda guerra varios nazis se escapan y son perseguidos por América del Sur, uno de ellos es un genetista obsesionado con los gemelos, que tuvo miles o millones de judíos a disposición para sus experimentos. Se llamaba Joseph Mengele y logra morir protegido en una colonia alemana en Suramérica.
Esto sin embargo no sucede con otro nazi, Eichman, que es capturado y juzgado y cuya vida llena de asesinatos y el juicio posterior sirve de muestra a Hanna Arendt para preguntarse por algo que después llamaría la banalidad del mal.
La banalidad del mal, demostrada también en experimentos científicos, es la capacidad de la mayoría de los humanos de crear daños devastadores sobre otros cuando están en ciertas circunstancias específicas que muchas veces corresponden apenas a situaciones elementales de la vida cotidiana, como una posición jerárquica. Es así que en una situación diferenciada de jefe y subordinado, u otra situación de autoridad, como uno estudios avalados por una universidad, el sujeto deja de sentirse responsable de sus actos y se dedica a hacer lo que le es ordenado solo por eso, porque algo o alguien se lo ordena, y es en ese algo o alguien donde ubica la culpa, y no en él. Esa es la banalidad del mal que Arendt demostró: Eichman era una persona normal, sin ningún tipo de inclinación específica para producir sufrimiento sobre los otros, los motivos por los que asesinó y torturó a tantos fueron quizá meramente burocráticos. Él hizo lo que sintió que debía hacer, sin pensarlo mucho, sin responsabilizarse. Como Eichman somos quizá la mayoría de los humanos.
El juicio, experimento y análisis anterior sirven de base para una conclusión: la mayor parte de los criminales no son personas especiales y diferentes de nosotros, son individuos que puestos en situaciones específicas reaccionaron como probablemente reaccionaríamos nosotros. En este caso es importante entonces entender mejor las circunstancias, antes de juzgar a los malos como si su maldad no hiciera parte de nosotros mismos. Para esto sirve la novela negra, según Mendoza.
Geografía de la sospecha: Apuntes sobre la novela negra de hoy, Santiago Gamboa: Este ensayo es una recopilación de obras durante la transformación de la literatura policiaca hasta el momento actual.
Novela de detectives: cuando sucede una anomalía en el sistema aparece siempre un detective dispuesto a desentrañar el misterio de quién y cómo lo hizo. Algunos autores y obras de este género son: Boggie el aceitoso, Fontanarrosa. «Los crímenes de la rue de Morgue», Edgar Allan Poe. Sherlock Holmes, Arthur Conan Doyle.
Novela negra norteamericana: Ahora se trata de explorar en los conflictos humanos, no solo en resolver el enigma. Lo relevante no es el misterio sino el camino recorrido. El detective, ahora, también tiene defectos. Algunos autores y obras son: El largo adiós, Raymond Chandler. Dashiell Hammet. James Ellroy. Donald Westlake. Chester Himes.
Novela negra Latinoamérica: Para los latinoamericanos la realidad violenta no es una excepción, y muchas veces no hay detectives. La novela negra latinoamericana presenta la realidad de muchos países sin magnificar el daño, es la realidad a secas. Algunos autores y obras son: El asco, Rodrigo Rey Rosa (Guatemala). El arma en el hombre e Insensatez, de Horacio Castellanos Moya (El Salvador). La región más transparente y Piedras encantadas, de Carlos Fuentes.
La diferencia principal en América Latina es que aquí no triunfa la ley. Si acaso, aparece una ley nueva, paralela, no mucha más generosa. Así sucede en Los detectives salvajes, de Roberto Bolaño. En La ciudad de los umbrales, de Mario Mendoza, Rosario Tijeras, de Jorge Franco, El ruido de las cosas al caer, de Juan Gabriel Vázquez. Angosta, de Héctor Abad Faciolince. Balas de plata, de Elmer Mendoza.
En otros lugares del mundo, la novela negra contemporánea se parece a la latinoamericana también en que no hay una confianza en la ley general. Algunos autores y obras son: Romanzo criminale, Giancarlo de Cataldo. Gomorra, Roberto Saviano. Jar City, Arnaldur Indridason. Henning Mansell. Stieg Larsson. Abogado de oficio, Hannelor Cayre.
Imaginarios del crimen en el género negro, Gonzalo España: En este ensayo de destacan tres imaginarios que se han repetido en la literatura de crímenes desde sus orígenes:
El imaginario del rey del bosque: es la idea de una persona que vigila un lugar como si fuera sagrado. La autoridad de esa persona en ese lugar proviene de ese territorio y su calidad de vigilante, para que otro recupere el lugar el vigilante debe ser asesinado, la persona que lo asesina entra entonces a reemplazarlo, y empieza a vigilar el lugar y a protegerse del que pueda venir a asesinarlo y reemplazarlo también.
El imaginario de la no justicia: cuando la justicia falla el individuo siente que no tiene otra opción salvo la de la venganza. Para ello se venga en mano propia o recurre a unos vengadores. Es la historia inicial de El padrino, de Mario Puzzo. Cuando la autoridad falla debe ser reemplazada por otra.
El imaginario del lugar prohibido: para apoderarse de un territorio se prohíbe su entrada. Estos, que en los mitos iniciales eran castillos, ahora son fronteras invisibles, y pasarlos sin permiso tanto ahora como antes condenan al infractor a la muerte.
Existen muchos más imaginarios que se repiten, señala España, ¿por qué el fondo del crimen no cambia? Para explicarlo el autor recurre al subconsciente colectivo expuesto por Jung, en el que afirma que estos imaginarios nacen con los individuos y hacen parte de su memoria genética, de sus instintos. El inconsciente colectivo es entonces la memoria de eventos pocos gratos en la historia de la humanidad. La civilización moderna repite estos imaginarios. Estos mitos (historia ficticia que encarna algún aspecto universal de la condición humana).
El progreso está obligatoriamente vinculado al crimen, insinúa España. Para la muestra la afirmación del diálogo de Orson Welles, personaje de la película El tercer hombre (basado en el libro homónimo de Graham Greene):
Durante el gobierno terrorífico y violento de los Borgia existió Miguel Ángel, Da Vinci y el Renacimiento. Durante quinientos años de democracia y paz en Suiza se produjo el reloj cucú.
II. La crítica literaria: Una mirada desde Estados Unidos y España
Corman McCarthy’s Mosaic of Crime an Evil, Allen Josephs, University of West Florida: este ensayo es un repaso por la obra de Corman McCarhty’s que resulta en un caleidoscopio, más que del crimen, del mal. McCarthy’s, muy reconocido por su novela No country for old men, que fue adaptada al cine, presenta el mal en su obra como algo inherente al ser humano, y no se lo atribuye a la sociedad como una causa, sino como una atmósfera. El mal produce más mal, pero el mal, en un principio, se produce solo. Sin embargo, en su omnipresencia casi divina, no toda la maldad es la misma, sino que varía su intensidad o su forma desde un mismo centro, como en un caleidoscopio. Este es una de los conflictos principales que resalta Josephs en la obra de McCarthy.
III. En torno a la literatura latinoamericana
El policial palimpséstico en «Caminaré en tu sangre» de Vicente Batista, por Osvaldo di Paolo: en este ensayo se realiza una comparación entre dos formas de abordar los hechos criminales que aparecen en las noticias. Para hacerlo ser realiza un análisis detallado de la presentación de un mismo crimen. La primera se realiza en el periódico, y allí se muestra que la exposición de esta noticia tiene como intención producir asombro o escándalo en el lector, pero sin una reflexión de fondo sobre el hecho. Para indicar esto se marca no lo solo la estructura del encabezado, sino los adjetivos utilizados, que se presentan en el campo semántico del horror, la exposición de información que se ofrece como si fueran chismes (al resaltar testimonios frívolos y superficiales) y el entorpecimiento de información fidedigna con un relato plagado de «puede ser», «parece» y «se dice». Todos estos elementos favorecen y tipifican la construcción de la crónica roja.
En comparación a esta presentación se elige el cuento «Caminaré en tu sangre», de Vicente Batista, basado en los mismos hechos. Para este desarrollo Batista construye una estructura palimsepstica (en palabras del autor) en la que se mezclan elementos típicos de la literatura de detectives, la mecánica usual de los cuentos y la crítica social que usualmente se incluyen en la literatura negra.
El ensayo concluye probando la diferencia entre la presentación de la crónica de crímenes y la literatura de detectives al comparar las diferencias ante un mismo hecho.
El papel de las fuerzas militares en el conflicto armado del Perú: Abril rojo de Santiago Roncagliolo: partiendo del concepto de la anomia (ausencia de ley), observada en la confusión moral del personaje Chacaltana en Abril rojo, este ensayo tiene como objetivo establecer las pautas de la crítica a las Fuerzas Armadas en el contexto de la guerra interna (en este caso del Perú). Para desarrollar el anterior objetivo se utilizan tres argumentos: la presentación de las víctimas en el texto, el carácter de tensión entre la justicia civil y el fuero militar que los conoce y por último el camino del héroe en la novela en función de su paradójico papel de intelectual en situación de crisis.
En Abril rojo Chacaltana es el fiscal que se enfrenta paulatinamente a una verdad que tiene en el fondo a una autoridad ilegítima y desmedida de los militares sobre la población civil. Lo anterior se puede observar en las víctimas que las Fuerzas Armadas asesinan, torturan e intentan esconder torpemente en una región donde pareciera no existir ley. El segundo argumento, como en un cuento de Kafka, se observa al intentar llevar a juicio a los militares responsables de estos actos y encontrarse con un muro infranqueable, que es el fuero militar sobre la jurisdicción civil, y la forma en que estos intentan esconder o presentar los hechos. El último argumento es la transformación de Chacaltana, que pasa de ser un fiscal cándido e ingenuo a atravesar un proceso de confusión moral cuando descubre e intenta enfrentar los actos realizados por las Fuerzas Armadas con la excusa de apagar el terror de un grupo guerrillero llamado Sendero Luminoso, que no es menos terrorista que el mismo ejército.
Para concluir, en este ensayo se señala cómo en Abril Rojo, y principalmente a través de Chacaltana, se «pone en entredicho la contundencia misma de un sistema supuestamente democrático sustentado en las fuerzas militares» (287).
¿o qué pensas vos?