Julio Cortázar: Clases de literatura Berkeley, 1980
Julio Cortázar
Alfaguara
312 páginas
Prólogo: Lo hace Carlos Álvarez Garriga, estudioso de Cortázar, de confianza de Aurora, parece. No dice mucho, introduce la transcripción de la clase, alaba un poco a Cortázar, y afirma que casi no se le cambió nada a las clases que dio el autor.
Los caminos de un escritor: Cortázar diferencia tres etapas en su carrera de escritor. La primera es estética, la segunda metafísica y la tercera histórica. En la primera caben los ejercicios estéticos realizados para las formas fantásticas que caracterizan la mayor parte de su trabajo. En la segunda están los problemas existenciales, que para Cortázar es sobre todo preguntarse por qué hacemos las cosas como las hacemos, en la vida cotidiana. La última etapa es la histórica, que es la del compromiso político. Sin embargo Cortázar advierte que la literatura va primero y la política después, a la hora de escribir.
Lo que pienso de esto es que aunque Cortázar haya sentido la prevalencia de un fin sobre otro en la forma en que escribía, todos estos elementos, estas capas, son muy importantes (casi que deben hacer parte) de cualquier texto, al menos en la forma en la que a mí me gusta escribir y leer. Él por ejemplo dice que «Casa tomada» es un cuento estético, por los motivos que lo llevaron a escribirlo, pero que otro como «Segunda vez» es en cambio un cuento histórico, porque el motivo que lo llevo a escribirlo fueron los desaparecidos por el gobierno argentino. Yo en los dos cuentos veo las tres capas, aunque Cortázar no haya querido incluir deliberadamente la parte histórica en el primero. Uno como lector puede señalar los desaparecidos en la primera también, con la misma facilidad que en la segunda. Sin embargo, es probable que para el segundo cuento haya descuidado un poco la estética, el impacto de la forma fantástica, y eso lo hace quizá menos efectivo y memorable.
En este capítulo Cortázar diferencia la novela del cuento, como género, de una forma que me satisface: el primero es abierto y el segundo tiende a cerrarse. Estoy de acuerdo en que en una novela las digresiones son más aceptables, en cambio en el segundo, aunque tenga digresiones, y un final abierto, por lo general hay una dirección, más que un tema.
Otra diferencia que me gusta es la de tensión e intensidad. La tensión es un mecanismo interno del cuento que llama la atención del lector. La intensidad es llamar la atención del lector mediante, entre otras cosas, un significado.
El cuento fantástico: el tiempo: En este capítulo Cortázar distingue entre el tiempo del calendario y el tiempo de la consciencia. Al segundo no lo llama así, sino que lo va describiendo como algo innombrable y flexible, y eso le da más mística al tema. La diferencia está en que mientras el tiempo del calendario responde a una sucesión y a una repetición de hechos ordenados y predecibles el de la consciencia en cambio es un tiempo más flexible, moldeable según la intensidad del momento (del presente). El ejemplo de forma fantástica que da es el de recordar y narrarse una memoria de tres días (por ejemplo) en apenas un recorrido de cinco minutos. La pregunta es ¿cómo cabe una historia de setenta y dos horas en cinco minutos? Mi respuesta es que la percepción personal del tiempo no es el tiempo, no es el cronómetro. Una historia narrada se basa en omisiones y saltos que no responden a la realidad pragmática. Pero para Cortázar es algo más, es la posibilidad de algo así como un agujero negro, o sea la posibilidad de que exista un tiempo diferente, un tiempo donde cabe otro y que da paso a otro lugar, porque al fin, estamos hechos de tiempo. Esa descripción confusa, que sin embargo podemos percibir como real al menos de una forma subjetiva, es el conflicto central que he detectado en cada aspecto de las narraciones de Cortázar: ¿Por qué las cosas son como son y no de otra forma? También es un material excelente a la hora de escribir, entender que lo que contamos esta hecho de sucesos, y que los sucesos o a la ausencia de ellos son un medida del tiempo del relato, que puede ser largo, corto, rápido, lento, rítmico, arrítmico, en fin. El tiempo que importa para leer y escribir, para pensar, no es el del calendario, si no el de la memoria, el de la consciencia, porque es la única forma que tenemos de acumular (y medir) nuestra realidad.
En este capítulo también percibí que la forma de explicar su modo de entender las cosas, en medio de una narración, asimila el estilo de Bolaño y el de Cortázar.
El cuento fantástico II: La fatalidad: En este capítulo C. trata el elemento de la fatalidad, que es como el destino en una narración, es una dirección inevitable a la que se dirigen los personajes de un cuento. De aquí me gustó mucho el cuento que comenta, de W.F. Harvey «Calor de agosto», en el que una persona se sorprende a sí misma al dibujar una escena en la que es sentenciado a muerte por un juez, y al intentar evitar este destino termina cumpliéndolo. Me gusta este recurso y estos cuentos, pero no sé cómo podría hacerlo diferente yo ahora. Y tal vez no me interese buscar una forma diferente de hacerlo.
Del cuento «Autopista al sur» me gusta el final, porque me genera una nostalgia extraña y a la vez una crítica débil al progreso, a ese mirar hacia adelante. Me hace pensar en la pérdida del significado, y esa reflexión me interesa.
En este capítulo también empieza la diferencia entre cuentos fantásticos y realistas, que no sé si malinterpreto, pero es como si Cortázar afirmara que en los fantásticos prima la estética, en cambio en los realistas prima lo social o histórico, o sea una realidad oculta detrás de nuestra vida real cotidiana, una realidad que no vemos. Yo pienso que en eso los fantásticos y los realistas son lo mismo. Y que el fantástico lo que utiliza es un recurso para amplificar esa realidad, en este bloqueo imposible de la autopista a París, por ejemplo, sucede lo mismo, solo que de una forma accesoria.
El cuento realista: Aquí Cortázar profundiza en la división de los cuentos realistas y los fantásticos, y a veces habla de la fantasía como una distracción de la realidad, y eso es algo en lo que creo que lo estoy malinterpretando, porque siempre le he leído que la fantasía para él es una realidad posible. Y yo había entendido ese mecanismo de la fantasía como una herramienta para mostrar la realidad desde otra mirada, como con una lupa. Yo creo que en el intento de Cortázar por profundizar en el valor de los cuentos realistas, por el énfasis en la etapa histórica de la que hablaba al principio, abandona un poco el valor de sus primeros cuentos, que son mucho más que ejercicios estéticos, al menos para mí. Es más, presentan el mismo conflicto que él siempre mostró, pero en otra forma.
Me gustó el cuento que Cortázar utiliza en este capítulo, «Con legítimo orgullo», porque a pesar de que entiendo hacia dónde va desde el principio, de todos modos me lleva con interés hasta el final, porque me gusta cómo está escrito. Y me gusta el cierre al final. Tal vez también me gusta que su explicación final coincida con mi interpretación.
Cortázar dice aquí que el cuento realista tiene que hacer énfasis en el tema (pag. 135) aunque esconda una orden diferente. Está bien. Pero eso lo hace el fantástico también, en mi opinión. Los dos son a veces formas diferentes de intentar decir algo mediante un ejercicio a la vez estético, metafísico e histórico.
Para ejemplificar esto utiliza el cuento «Segunda vez», en el que yo veo el mismo tema y efecto de «Casa Tomada», aunque él diga que el segundo responde a un sueño y el primero a un tema.
Me gusta ese cuento llamado «Lugar llamado Kindberg», del que habla. Pero al final me parece demasiado exagerado el juicio de una forma de ver la vida sobre la otra. Es parecido al caso de los cronopios contra los famas, en el que los famas parecen seres totalmente equivocados en su forma correcta de hacer las cosas, y yo pienso que hay una complejidad más honda que la de ese reflejo. Aunque él trata de hacer la salvedad sobre ese juicio moral mediante la explicación, no parece que el final del cuento dé espacio a otra interpretación. La vida sin «ese» orden es más válida que la vida con «este» orden que te dictaron, entiendo yo. El suicidio inmediato del personaje es bastante sentencioso, y la interpretación, para mí, inevitable.
Musicalidad y humor en la literatura: lo que explica C. en este capítulo es para mí útil, asombroso y hace parte de algunos de los rasgos que más me gustan de la literatura: la música, el humor y el juego, si a estos tres le agrego peso con el significado creo que ya quedan completas las características que más me gustan del lenguaje literario.
Cortázar inicia el capítulo centrando el tema, que para el caso es la escritura musical, y por musical no se refiere a ciertas reglas medibles que consisten en combinar sonidos graves y agudos, rimas con terminación en la misma sílaba, y así, se refiere a una musicalidad difícil de describir porque no depende de unas reglas establecidas sino de algo que dice que es más primitivo, que viene con cierto ritmo en el sonido de las palabras juntas que van creando un efecto como de mar u ola adentro de uno y que lo obligan a seguir el significado con el ritmo de la narración.
Esta explicación me gusta mucho. Cuando ya no se trata de la imagen o el significado sino de la forma en que las palabras lo van llevando a uno por una experiencia me parece a mí que estoy ante la mejor forma de decir algo, al menos para mi gusto.
En el intento por recrear esa correlación de sonidos Cortázar justifica y explica gran parte de su escritura. Explica por ejemplo por qué muchas frases parecen no tener un final sino que son cortadas por saltos entre conjunciones o resumidas en una palabra que es un símbolo. La explicación es que él elige este conjunto de palabras sobre ese otro por que suena mejor. ¿Y por qué suena mejor? No lo puede verbalizar, pero lo sabe sin poder decirlo, desde adentro, de manera intuitiva.
Lo anterior se resume y explica mucho mejor en esta cita:
«Eso me ha llevado a pensar que una prosa que acepta y busca incluso darse con esa obediencia profunda a un ritmo, a un latido, a una palpitación que nada tiene que ver con la sintaxis, es la prosa de muchos escritores que amo particularmente y que cumple una doble función que no siempre se advierte: la primera es su función específica en la prosa literaria (transmite un contenido, relata una historia, muestra una situación) pero junto con eso está creando un contacto especial que el lector puede no sospechar pero que está despertando en él esa misma cosa quizá ancestral, ese mismo sentido del ritmo que tenemos todos y que nos lleva a aceptar ciertos movimientos, ciertas fuerzas, ciertos latidos (153)».
Para contrastar el ejemplo anterior Cortázar habla de Vargas Llosa, al que califica como un escritor de prosa magnifica, que transmite todo lo que él quiere transmitir y sin embargo no contiene la misma vibración, ritmo o intuición de esa otra manifestación de la literatura. Cortázar aclara sin embargo que al final no se trata de decir que una literatura es superior a la otra, sino que son diferentes manifestaciones de la misma.
Es en este punto donde se empareja la musicalidad de la literatura con el jazz, porque el jazz tiene un ritmo que no depende de repetir una armonía anterior que causó efecto sino de improvisar, e ir creando música sobre la marcha.
De la música pasa al humor. El humor es diferente de la comedia, aclara, porque el primero se proyecta más, o sea que va más al fondo de lo que dice, como crítica o sátira, en cambio la comedia dice Cortázar es un circuito cerrado, o sea que se agota en la misma situación que crea. Lo que importa del humor, asevera, es el efecto desacralizador (con esto estoy muy de acuerdo) sobre cualquier solemnidad o importancia. C. destaca la importancia del humor en la literatura con sus orígenes desde los ingleses, en el siglo XVII y XVIII. Y dice que hay fragmentos de Rayuela que no habría podido contar sin quitarles un poco el peso del drama que comunicaban si no fuera a través del humor.
Para ejemplificar el humor en su literatura Cortázar referencia algunos textos de «Instrucciones para…» y un cuento llamado «Las buenas inversiones» que trata de una persona muy tranquila que compra un metro cuadrado de una tierra para ir ahí a leer y recibir el sol. Al principio todos lo toman por un loco, pero luego, cuando se descubre petróleo justo debajo de ese metro cuadrado, Gómez (el protagonista), vende el metro cuadrado y con el dinero compra un apartamento en un piso alto donde nadie lo vaya a molestar si quiere leer y recibir el sol.
Habla también de las fórmulas de cortesía y tratamiento personal en el lenguaje castellano, que crean algunos inconvenientes divertidos por diferencias culturales. Otro cuento se llama «Un pequeño paraíso», en el que C. narra la historia de una sociedad que amaba tener pescaditos de oro en la sangre, y daba todo por eso.
De aquí en adelante, para este capítulo, hay otras referencias y luego las preguntas relacionadas con autores latinoamericanos y cómo ellos han sido o no precursores en el humor.
Lo lúdico en la literatura y la escritura de Rayuela: en esta, la sexta clase, Cortázar habla del juego. Comienza por darle una dimensión diferente a la forma en la que por lo general se ve. El juego es la misma realidad con otras reglas, es la premisa; lo que pasa en el juego pasa en la vida, es el complemento. Desde esta mirada se le da al juego otra capa, que se relaciona con el conflicto más frecuente en Cortázar ¿por qué son las cosas así y no de otro modo?
Esta característica del juego visto con gravedad aplicada a la literatura sirve para varios fines, primero desde el lenguaje, donde logra desautomtizar las fórmulas rutinarias con las que nos construímos la realidad a diario. Segundo con lo que se quiere decir, porque el juego, el cambio constante, la fe inquebrantable en otra forma (tal vez divertida) de hacer las cosas es a fin de cuentas lo que Cortázar quiere decir, y lo que por lo general busca la literatura al cuestionar la realidad desde la realidad misma.
Para ejemplificar este capítulo C. utiliza a las Historias de cronopios y de famas. Comienza afirmando que el nombre de los cronopios es fortuito, y sin embargo pienso yo que no parece. Crono: tiempo Opio: sustancia analgésica y narcótica. Los cronopios sí son el opio del tiempo, una forma de tomarse (o fumarse) el calendario sin la gravedad rígida de los famas, o los cuadriculados.
De aquí me asombra que Cortázar hable de los cronopios, los famas y las esperanzas como personajes que creó para jugar un rato. Cuando yo leo esos microcuentos siento que sí hay un fondo ahí debajo, que sí está hablando de mí y de la historia política del mundo, aunque no lo haya querido hacer voluntariamente.
Después de varios ejemplos, a partir de una pregunta de clase C. da un consejo, y es no repetirse, que fue la razón por la que no quiso seguir con los cronopios. Esto quiere decir que una vez se siente satisfecho con algo que se quiso decir en la forma en que se dijo, valerse nuevamente de esa forma para volver a decir lo mismo con alguna pequeña variación no tiene mucho sentido, mucha gracia, y al contrario ese agotamiento del mecanismo literario quizá agote también un poco el significado de la obra que se quiso hacer.
Entre los extremos del juego y la experimentación, sin embargo, hay cosas sin sentido. Cortázar habla por ejemplo de Georges Perec y una novela francesa en la que nunca utiliza la e. Este tipo de experimentaciones, aunque sean legítimas, dice C., se desvían en realidad de la utilidad en lo que se quiere decir, porque la literatura no es solo forma estética, sino y sobre todo, significado. En esto estoy muy de acuerdo con él.
De aquí Cortázar pasa a la explicación de Rayuela, por qué lo escribió, por qué está hecho de esa forma. Yo creo que con la información de las clases previas se puede deducir. Rayuela es una novela que resume y justifica a Cortázar: tiene la estética, la metafísica y la histórica, tiene el juego y el humor, pero sobre todo tiene el conflicto central de C. en todas partes (lenguaje, contenido y forma) ¿Por qué las cosas son como son y no de otro modo?
De Rayuela, Libro de Manuel y Fantomas contra los vampiros multinacionales: Cortázar comienza esta clase complementando lo dicho en la anterior sobre Rayuela, pero realiza un énfasis mayor sobre el lenguaje. A este C. le da en principio un valor estético, pero luego explica cómo también tiene un valor metafísico e histórico. El lenguaje es uno de nuestros primeros automatismos, es una herramienta pero también un límite para representarnos la realidad; ir entonces en contravía del lenguaje establecido es permitir otra salida, mientras se cuestiona. De esta interpretación se desprende también el valor político o histórico, el cuestionamiento a la realidad establecida es una opción política, y un lenguaje que intenta hacer la revolución es una gran herramienta para ello.
Es aquí donde Cortázar profundiza también en la parte más política. La defensa de un sistema diferente y la defensa de Cuba. Fantomas contra los vampiros multinacionales es un juego de correspondencia entre una historieta en la que pusieron a Cortázar sin su permiso, y entonces él utilizó la misma para criticar el sistema norteamericano, dándole un fondo a la historia que por lo general no tiene, en su simplificación.
Es en este aspecto donde entra el Libro de Manuel, en él Cortázar profundizó en forma y fondo sobre temas políticos, utilizando recortes de periódicos y otros recursos para denunciar por ejemplo las desapariciones en la dictadura argentina. Este libro tuvo problemas de publicación iniciales debido a esto, pero Cortázar siempre defendió el motivo de fondo para su realización, por lo que tuvo que ser publicado fuera de Buenos Aires.
Erotismo y literatura: debido a la cultura y a algunas religiones lo erótico en la literatura, para nosotros (occidentales), tiende a ser tabú. Se hace referencia a ello pero antes se va rodeando como tratando de no decirlo, o se dice demasiado rápido. Sin embargo los ejemplos de buena literatura erótica son varios: El amante de Lady Chatterley, de D. H Lawrene, Trópico de cáncer y Trópico de capricornio, de Henry Miller, por ejemplo.
En 1950 se empieza a realizar también este cambio en Latinoamérica. Para esta selección Cortázar diferencia el erotismo en la literatura debido al nivel de importancia que se le da cuando se trata, ya que se habla de ello de una forma fundamental, al mismo nivel de la vida mental, sentimental e intelectual. A diferencia de la pornografía, que es bastante efectista y se utiliza para satisfacer una necesidad.
En Rayuela y Libro de Manuel hay por ejemplo dos tratamientos muy diferentes de lo erótico ya que en el primero no se tratan de forma directa sino a través de metáforas. En el segundo en cambio Cortázar entiende que esto debe cambiar, y para ello, al incluir escenas eróticas lo hace de una forma más directa, ignorando el peso del tabú.
Por último C. remata el tema hablando de las mujeres escritoras. Dice que hay una nueva corriente de ellas y que la forma en que le hacen frente a lo erótico está lleno de gracia, belleza y mucha sinceridad.
Otros temas. Folclor: el problema, dice C., está en que muchas veces una persona que ha dedicado su vida a estudiar el corrido mexicano o la zamba argentina desarrolla una mirada muy puritana acerca de desde dónde debería ser abordada la literatura (regionalistas contra cosmopolitas), y el problema más grave aún es que muchos de los que enfrentan este problema directamente desde el regionalismo y su mirada pura y cerrada también se terminan contradiciendo en el momento de hacerse escuchar con críticas o exigencias. (Ejemplo de Borges respondiendo a una de estas críticas que el que las hacía, que había escrito tres libros, en vez de haber escrito debió haber hecho quipus).
Crítica y literatura: a veces, cuando la crítica se acomoda en un pedestal para hacer un juicio se aleja de los lectores, y a largo plazo se aleja también de la literatura. Sin embargo la crítica es una herramienta fundamental para construir teoría literaria y para encontrar análisis y disecciones corticales de un libro. El problema aquí para Cortázar es el canon, se habla tanto de unos pocos que se termina ignorando a muchos.
Este libro termina con dos discursos, en la sección del apéndice. «El primero se llama La literatura latinoamericana de nuestro tiempo» y hace referencia a la literatura latinoamericana como herramienta para detonar y consolidar un cambio político.
La segunda se llama «Realidad y literatura», hace énfasis en la literatura y el cambio cultural que produce y la forma en que este cambio es obstaculizado cuando existe censura o cuando no se encuentran lectores dispuestos a desentrañar un sentido en el texto.
¿o qué pensas vos?