16.2 «Deustsches requiem»

Hay un cuento de Borges aún más difícil para mí que los otros. Habla del mito alemán, de la cultura alemana, del nazismo y de las guerras mundiales. Habla de un hombre alemán que va a morir condenado por sus delitos. Este hombre escribe una carta un día antes de su muerte, y al contar su historia cree contar la de Alemania, no se justifica porque eso le parece cobarde, pero se explica, se resume.

En ese resumen hay una oposición compleja entre la violencia y la piedad, donde él escoge la violencia. El cuento, que no es histórico sino simbólico, encarna un tema frecuente en B.: la cara diferente de la misma moneda. En este cuento el judaísmo es otra cara del nazismo, y uno de los dos muere para que viva el otro. Si las caras son las anteriores tal vez la moneda es la fe.

Lo leí una segunda vez y entendí que no solo habla de Alemania. El mito alemán es el mito del  mundo, y por el mundo se entiende a la humanidad, por la humanidad al hombre. Este vez creí entender que el cuento habla de los hombres y esa oposición que hay en cada uno de nosotros. Todos podemos ser Alemania, todos podemos ser Jerusalem.

Lo leí una tercera vez y entendí que no solo hablaba del hombre sino de algo más abstracto. Habla de una oposición de valores muy compleja entre la razón y la compasión, la fe de la espada contra la fe de la palabra, la música contra la voluntad.

Lo leí una cuarta vez y ahora sé que todavía no lo entiendo.


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