Ya era adulto cuando viví, por primera vez, con un gato. Yo no lo elegí y él tampoco a mí, obligados a convivir nos fuimos entendido. Los gatos, ya lo sabemos, son independientes y distantes. Por eso me demoré tanto en aceptarlo, sentía que no nos necesitábamos, sentía que no nos íbamos a querer.
Pero el tiempo y la cercanía revuelven las cosas. Eventualmente me di cuenta de que un gato es una personalidad completa y compleja, igual o más que yo. Qué diferencia con los perros. Yo nunca he tenido un perro. Pero siento que si los veo tres minutos ya sé lo más importante de ellos. Los perros, tengo la impresión, nos necesitan a todos, y nos lo dicen todo el tiempo. Tienen una cola larga y unas patas ruidosas que nos dicen a cada movimiento, en cada espacio: te estaba esperando. Nos dicen que nos extrañan inclusive cuando no nos hemos ido.
Digo esto y pienso en alguien. Siempre pienso en alguien. Y me parece injusto. Pienso en alguien que me quiere. Inclusive cuando yo no me quiero me quiere. Inclusive si yo no la quiero me quiere. Pienso en ese desequilibro, esa injusticia que no soy capaz de reparar del todo y que yo también he sentido del otro lado.
Yo sí que soy un perro. No de los que van de perra en perra, a esos casi no los conozco. Yo sí que soy un perro de los que mueven la cola, de los que hacen ruido con las patas, de los que quieren y entregan y esperan nada.
No me gusta ser un perro porque es inevitable. Uno quiere y ya. Porque le toca, como comer, como el hambre.
Por eso antes prefería ser un gato. Ahora no sé. Porque algo ha cambiado. Porque ahora a veces soy gato, y sé qué se siente ser querido por alguien y no por una mascota, a veces. Y me he dado cuenta, como me di cuenta antes con los gatos, que la cercanía y el tiempo, que el cariño, erosiona. Y uno que se cree piedra se va volviendo arena. Maleable.
Ahora creo que querer es importante, y útil, aunque no parezca. Pero también, me lo dijo mi gato, que querer no hace milagros. Jalar mucho a alguien no se convierte en ese alguien jalando con uno para el mismo lado.
¿o qué pensas vos?