Tengo la esperanza de que los otros tampoco sepan en realidad qué están haciendo. Todos los días intento escribir un cuento breve, una reflexión corta y unos versitos, los escribo cortos porque eso para mí ya es mucho y sin embargo nunca me salen bien del todo. Si escribiera una sola frase diaria seguro también me equivoco, si escribo una palabra al mes no creo que me suceda algo diferente. Mi ruta es caminar hasta que se me acabe el tiempo.
Mi plan de escape es trabajar la suerte como un relojito. Y si se me pasan los segundos, si cuento mal los minutos, si se me pasa el tiempo igual voy a confiar en el azar como si no fuera improbable que de todos los números infinitos alguna vez me toque a mí uno.
Después de varios años me doy cuenta de que todavía no me conozco, ni en la parte más pequeña me identifico, ni las tres —o cuatro o cinco— arrugas que tienen casi todos mis nudillos de tanto flexionarlos las entiendo.
Y si al final nunca alcanzo nada, mi mayor logro, mi único resultado, va a ser haberlo intentado. Y eso para mí es suficiente.
¿o qué pensas vos?