Ayer otra vez cerré los ojos y recordé a alguien que ya no esta aquí. Estoy lleno de lugares en los que me encierro, donde guardo gente que no existe. La memoria es una trampa. No soy capaz de olvidar a voluntad, como sugiere Borges, pero soy capaz de hacer algo parecido: conservar una imagen falsa. De mí mismo conservo una imagen que se parece más a quien me gustaría parecerme que a quien soy. Esa imagen pasada, por deformación de la memoria, aunque parezca corresponder a una realidad anterior, es en cambio una imaginación de como imaginaba entonces, y eso se me parece al olvido. Esas imágenes viejas tienen una voz que parece propia, una forma de sentir, de mirar, de actuar, que parece propia, y a veces, cuando quiero estar solo pero con alguien hablo un poco con esos fantasmas, y me siento mejor. Luego desaparecen como libros que releo en desorden.
¿o qué pensas vos?