Serpico

Yo no me había visto Serpico, nadie me había hablado de ella. La estrenaron en 1973, la dirigió Sidney Lumet y la protagonizó Al Pacino. Ganó dos premios Oscar, por mejor actor y mejor guión adapatado. Narra la vida de un policía de Nueva York al que la corrupción en la institución y la dificultad de llegar a las autoridades le hace imposible hacer correctamente su trabajo. Por esa espiral hacia ninguna parte, los interminables muros invisibles que recorre el protagonista casi todo el tiempo, parece un cuento de Kafka. Es una adaptación de la biografía de Frank Serpico escrita por Peter Maas. Me recordó una palabra que escuché por primera vez hace un año y que es utilizada en la literatura de crímenes  latinoamericana para describir la ausencia o pérdida de vigencia de la ley en un territorio, la anomia.

A diferencia de la novela policiaca, negra, o de detectives, la debilidad de las instituciones latinoamericanas no hace fácil contar con verosimilitud una historia donde hay buenos y malos. Igual que para el protagonista de la película, el ambiente se ha transformado hasta el punto en que las normas vigentes son otras y están ocultas pero a la vista de todos. Para ser un héroe basta entonces con querer hacer algo como debería hacerse. Por la forma en que esta hecha, las actuaciones y la denuncia quedé con la sensación de haber visto una gran película.

Aunque haya sido biográfica me parece que los héroes están bien para el cine y la ficción, pero para la realidad en cambio es importante saber que <<nadie va a venir a salvarnos del problema que somos nosotros mismos>>, como decía Jaime Garzón.


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