Perseguir ideales es difícil porque siempre son más altos que lo más alto que uno puede alcanzar. Sé que en el proceso de evolución, por ejemplo, nunca hubo un primer hombre, ni un primer caballo o un primer gato, que no existen los arquetipos. Lo que existe son cambios lentos e imperceptibles en lo inmediato. Cambios que eventualmente tienen un resultado que hace muy difícil reconocer su origen, como envejecer.
Es por eso que entre las columnas, editoriales y artículos que he leído sobre el acuerdo de paz que se va a firmar el que más me ha gustado ha sido el de Universo Centro, número 76. Al acuerdo se lo critica por pesimismo, porque muchos sospechamos que las expectativas son muy superiores a la realidad. Ante esta sensación el editorial de Universo Centro opone la información estadística. Tiene datos esperanzadores, como que, según la Agencia Colombiana de Reintegración un 76% de las personas que ingresan a los procesos cumplen sus obligaciones y vuelven a la civil. Y otros menos optimistas que afirman que el barril sin fondo para alimentar la guerra es la pobreza, y esta es de más del 70% en todos los municipios señalados para el fin del conflicto.
No creo que haya alguien que sepa si esto va a terminar bien o mal. El horizonte es un lugar borroso y lejano pero, como decía Galeano, nos sirve para caminar.
¿o qué pensas vos?