¿Cómo me desautomatizo?

Las palabras cuando se juntan tienden puentes hacia adentro, se convierten lentamente en algo diferente, algo que ya no veo. La palabra girasol me hace pensar en una flor de pétalos amarillos, pero la imagen del sol girando me pasa desapercibida. Lo mismo me sucede con la palabra despecho, me hace pensar en una decepción amorosa pero ignoro la imagen de no tener pecho.  Al final las oraciones, las palabras, se vuelven un efecto más que un significado. Lo mismo me pasa con los días. Se me van acumulando hasta que los ignoro. Los voy saltando por debajo, me embarro en ellos, me duelen pero no los siento, porque solo los estoy contando para llegar a otro lado, porque estoy tendiendo un puente hacia adentro. El tiempo se me va automatizando hasta sentirme un robot. Entonces paro. Entonces espero. Pero esperar  es un vicio que acumula tiempo perdido. Para cambiar busco algo que me apasione, lo persigo, pero se me vuelve mecánico.


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