Sobre Los amigos míos se viven muriendo, de Luis Miguel Rivas

La contradicción literal de las frases que no se contradicen en lo poético y en lo real  es una marca de su estilo. Pensemos en la frase los amigos míos se viven muriendo. Pensemos en ese vivir muriendo. Resumamos que es posible esa aparente contradicción: vivir muerto, morir vivo, morir viviendo, y al contrario. Y además, si uno lo piensa dentro del contexto, esa es una buena sinopsis en una ciudad atravesada por la violencia; porque es verdad, la gente de aquí se vive muriendo en todas partes. Y las ciudades violentas son lugares que se viven muriendo también.

La ternura con que describe las situaciones cotidianas crudas, el humor, la temática cotidiana de una ciudad que abarca los típicos dramas de mafiosos y prepagos, hacen parte de una realidad que no se sabe si es la real, pero se le parece. Una temática sin embargo que no se agota ahí, que se expande hacia la fantasía, al cine, el lenguaje, la oficina, el alcohol, la televisión; todo ese mundo cotidiano incierto y liviano del que está hecho la pesadez de nuestra vida. Releo con gusto y frecuencia sus cuentos por el ingenio y el lenguaje, y porque logra sacarme de la realidad que registra con fidelidad en sus historias, y así logra hacer vivible la muerte también.


Descubre más desde Felipe Carrillo Alvear

Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.

Comments

¿o qué pensas vos?